miércoles, 25 de diciembre de 2019

JERGA LIMEÑA: COBEAR, DAR COBA.

Por Manuel Araníbar Luna.


‘Cobear’ y ‘dar coba’,  además de sus variantes “dar por la coba” o ‘dar con la coba’ son términos que en un principio fueron usados en Lima principalmente entre personajes marginales. 


Después, como suele suceder, pasó a ser de uso general. Se escuchó por primera vez en los medios hace unos treinta años en un reportaje para un magazine de TV.  El periodista preguntó a un drogadicto callejero acerca de cómo podía pagar su vicio si no tenía trabajo.

 “Chancaca, mi cáusula, me le pego a unos pitucos recontra fumones, les cobeo todas sus babosadas, les computo sus ketes para calmar sus angustias y nos prendemos a forro”, le respondió el drogo bajo los efectos de la PBC.

El periodista se quedó en la luna y a lo único que atinó fue a preguntar por el significado de “cobear”, pero se cortó el programa por un inoportuno apagón, como solía ocurrir durante aquella época de terrorismo urbano.

Siguiendo la corriente...

 Apuntamos la palabreja como una nueva curiosidad del hampa chalaca y su terminología de drogadicción. Descubrimos entonces que ‘cobear’, ‘dar por la coba’, o ‘con la coba’ significa adular o seguir la corriente al interlocutor para sacar provecho  de la situación. Y ‘cobero’, es quien tiene la costumbre de adular interesadamente. Después, ‘dar por la coba’ lo asociaban con ‘maletear’, es decir, hablar o chismosear, ‘rajar’ de otra persona. 

Más tarde, buscando en el diccionario, nos dimos con la sorpresa de que dicho término es antiquísimo. Y no precisamente de origen peruano. Encontramos  la siguiente definición:

1. f. coloq. Embuste gracioso.
2. f. coloq. Halago o adulación fingidos. Dar coba.
3. f. germ. Moneda de un real.

Luego, escarbando en textos de la web pudimos encontrar un añadido:


“…Es, por tanto, una voz coloquial o de los bajos fondos–, que también puede significar dinero o gallina. De hecho, la voz coba proviene seguramente de cobar, que significa empollar sus huevos la gallina. Es probable que el término boca sufriera una metátesis, es decir, una transposición de las sílabas en su fonética para degenerar en coba, ya que el engaño se hace hablando. En el lenguaje de germanía no es infrecuente toparse con palabras que han sido dadas la vuelta para que no fuesen comprendidas por quienes no dominaban esta jerga”[1].


Luego, como la llamada metátesis existe en todas las jergas delincuenciales de todo el mundo, la jerga de Lima no podía ser la excepción. Por ejemplo, aquí se dice ‘telo’ por hotel, ‘jonca’ o ‘conja’ por cajón, ‘dorima’ por marido, ‘merfi’ por firme, y así por el estilo. Sin embargo, en respuesta al post, un lector –gitano, con toda seguridad- protestó por la mala interpretación.

“La palabra "coba" – explicó- proviene del idioma caló, de los gitanos en España. Significa adular, engañar. Dado que la sociedad española, en términos generales, ha masacrado y estigmatizado a los gitanos por el simple hecho de tener un estilo de vida diferente. Se le arrebatan sus palabras y, como han pretendido definir a los gitanos como sinónimo de criminales, entonces las palabras que son de su lengua, nos dicen que son propias del "lenguaje de la delincuencia" o "una voz de germanía".

Lo menciona Nicomedes...

Tal comentario nos remitió a un diccionario de caló –es decir, gitano- de donde pudimos tomar su presunto origen. Y hallamos esta definición y sus raíces.

coba. (Del ant. cobar, empollar, y este del lat. cubāre, acostarse).

Acostarse, obviamente, en una cama. Entonces recordamos una creación de Nicomedes Santa Cruz quien, en su décima “En la era colonial”, la cual trata de la antigua replana limeña, dice

“…El Alto Lirio era Lima;
Bajo Lirio, Abajo el Puente;
Lanchagira, el aguardiente;
Y era remia por arrima;
Coba coba la tarima…”

En este caso la coba no tenía que ver con la adulonería interesada sino sólo con el dormitorio.

Cabe destacar, además, que la jerga del hampa chilena recibe el nombre de coa, a la que algunos asocian con ‘coba’, engaño, embuste, adulación.  Asimismo, se le llama ‘coba’ al lenguaje rufianesco de Bolivia.

Pero siempre meten sus narices los estudiosos de biblioteca para elaborar las teorías más jaladas de los cabellos: que coba es boca al revés; que coba viene de escoba, para barrer con todas las pertenencias de la víctima; que viene de ‘go back’, regrésate en el slang norteamericano porque, argumentan, el estafador debe actuar como antes de empezar a delinquir. Estas originales teorías son válidas en tanto no se demuestre su autenticidad.

¿Qué nos queda? Cobearlos, como dice mi hermano Aldo Chahua, el vecino más jerguero de las primeras cuadras de Gamarra y hasta hoy sigue hablando jerga en Piura y está volviendo jergueros a los churres.

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